NI UNA VEZ MÁS
Tantas veces deje que me hicieras
con tu voz lo que te diera la gana, pensaba que las cosas así tendrían que ser,
pero ahora sentada al filo de mi cama, viendo correr la sangre muy cerca de mis
pies, no estoy segura de que las cosas tenían que ser así.
Lo siento no pude detener mis
manos, cuando mis oídos se saturaban con tus gritos, balbuceabas una lista de
cosas que según tu yo tendría que haber hecho, porque me encontraba todo el día
en casa, creo que pensabas que no hacía nada, aunque muchas veces te dije que
al igual que tú también trabajaba, solo que yo en casa y tú en una oficina.
Nunca entendiste que tener un
negocio propio no te hace dueño de todo el tiempo del mundo, tienes mucho más
cosas que hacer, tienes que buscar,
porque nadie va a venir a dártelas en la mano… ¡no!, no lo entendiste,
tú solo veías que tus órdenes no se cumplían a tu gusto y en el momento que las
exigías.
Recuerdas aquel día que estábamos
planeando nuestro primer viaje, yo estaba muy emocionada, viviríamos una aventura…
pero tenías que arruinar el momento diciendo, que si yo no contaba con dinero
para ir, me quedaría en casa sola (eso me puso muy triste, sentí como trono y
cayeron los pedazos al suelo de mi corazón), pero sólo yo me di cuenta de eso…
tú ni siquiera estabas mirándome.
Ya no hace falta que vuelvas a
preguntar o que yo repita esa pregunta que parecía tu melodía favorita… ¿y
después que?... bueno, hoy tengo una respuesta para ti, ni siquiera me tomare
el tiempo para esconderte, para limpiar la casa, simplemente tomare mis maletas
y dejaré aquí junto a ti a quien fui y solo me llevaré, lo que estoy dispuesta
a ser.
No es necesario que digas algo…
¡ups! Perdón, por fin ya no puedes decir nada.
© Sizem Asleck (D.L.Burgara)