Seducción ardiente.
Caminamos despacio entre los
granos de arena, la luz de la luna nos invitaba a seducirnos a amarnos, tan
intensamente provocados por la frescura de las olas del mar y así, te quite la
ropa dejándote con el lienzo en blanco para posarme en ti, recorrer cada
centímetro de piel y tu aroma me dice el deseo de que mis labios besen tu sexo
y el baile de tu cuerpo ayuda a mi lengua a penetrarte más y más, el viento ha
cambiado su aroma, ahora huele a pasión y deseo.
—Sizem Asleck—.