Terror en soledad.
Es una noche más oscura de lo
normal, sobre la carretera se escuchan muchos ruidos, el aire se torna cada vez
más helado, seguía manejando sin darle importancia, —aquí no pasa nada— me
repetía más de una vez. De pronto de la nada apareció caminando por el medio de
la carretera una mujer, le pite para no atropellarla y eso la hizo voltear,
cuando la vi ¡Santo Dios, su rostro!…
-Sizem Asleck-
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