domingo, 13 de marzo de 2016

un rayo de luz





Un rayo de luz.

Un día de la nada, salió sin decir palabra, sus ojos estaban llenos de lágrimas pero no rodo ninguna por su mejilla, camino tan rápido que no pude alcanzarla, grite pero no escucho, quise saber que le habían dicho para que su rostro se desencajara de esa forma, que fue lo que tenía para que su mente se pusiera en blanco y solo quisiera desaparecer lo más rápido posible…

Ya han pasado dos años y aún no hace ningún comentario de aquel día, pero algo paso, estoy segura porque después cuando regreso a esta playa, su rostro estaba iluminado, sus ojos tenían un brillo como mágico, cambio totalmente su actitud, se le veía contenta y pareciera que el sufrimiento antes mostrado había desaparecido de su vida para siempre.

La historia que fue escribiendo desde ese momento estaba llena de vida, nadie podíamos imaginarnos que era todo lo contrario, que apenas tenía tiempo para disfrutar cada segundo de su estancia en este mundo, que la enfermedad tan nueva y tan vieja se había metido en su cuerpo y estaba acabando con su vida, carcomiendo sus horas, contando sus instante y destruyendo su pasado, su futuro…

El tiempo algunas veces parece quedarse quieto pero en otros cuando las cosas son más lindas y queremos saborear todo lento, pasa volando, así fuimos viendo como de sus manos la vida se le fue escapando y con la impotencia de no poder hacer nada… cáncer se apodero de su cuerpo, lo fue carcomiendo centímetro a centímetro, nada funciona, medicamentos, quimioterapias, nada… así que no se abandonó, simplemente decidió que quería un tiempo bello, llevarse su presente en recuerdos que todavía pudieran ser de ella y pidió… nos pidió que cuando su momento estuviera presente, cuando ya no tuviera fuerzas para levantarse, cuando sus ojos dejaran de brillar con la misma intensidad, pidió que por el amor que le habíamos tenido y que le seguiríamos teniendo, pidió que le ayudáramos a partir, que no dejáramos que su sonrisa se borrará de su rostro, pidió que le ayudáramos a dejar en nuestra mente el bello recuerdo de quien ella fue, no el recuerdo de lo que el cáncer la convirtió…

Toda mi vida he tomado decisiones pero ninguna tan fuerte como esta, ¿cómo decirle que no?, si el amor que le tengo va más allá de un simple estaré contigo siempre, el amor que le tengo es capaz de todo aunque destruya mi corazón, quise tomarme tiempo para contestar pero la simple duda me dictaba la falta de amor y yo no tengo falta de amor por ella, lo haré.

Así, llego el momento de acompañarla de dejarla ir, de tocarle la mejor melodía para hacerla dormir, ayudarle abrir sus alas y dejarla volar, liberar su alma de ese cuerpo poseído por la enfermedad… te amo! Con lágrimas en mis ojos en su último suspiro sonreí tan firme que ella también sonrió.

—Sizem Asleck.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

 #EntrePoemasUnCuento   #PoemaSentimietoPuro