miércoles, 9 de marzo de 2016

Vacío








Vacío.

Cual gotas marchitas deslizándose por mi ventana, vi correr las horas en tu espera, quería nuevamente acariciar esa mirada de niña que siempre me regalabas antes de irte de mi cama, en esas mañanas que parecían indiferentes, con los rayos del sol posándose en cada pedazo de pasto, con ese viento que se suponía juguetón y separaba hábilmente las hojas de él metiéndolas en mi habitación. Si, las gotas se marchitaban haciendo eco solo al recuerdo, a un tiempo que no envejece y que cada momento de mi historia contigo lo tiene tan fresco, como recién pintado y sin permiso lo pone frente a mí, una y otra vez.

Ya no me pregunto más, ¿Qué hubiera pasado si entonces no me hubiera topado contigo en esa caminata matutina por las arenas de la playa?, porque no importa lo que no hubiera pasado, lo que paso cambio mi vida, la lleno de ti, de tu sonrisa, de tu nostalgia, de tu gracia por vivir, la lleno de tu aroma y de miles de segundos tan maravillosos, insuficientes, para que hoy no me duela el vacío que tengo en mi alma por la falta de ti.

Ya sé que aún sigues viva, pero no puedo entender cómo pudiste levantar mis alas y aventarme al vacío, yo no quería volar, no sin ti. Y en esta caída libre solo me aferro más a los recuerdos vanos que el tiempo pone frente a mis ojos, dejo que uno a uno me abrace, cubra todo mi ser y ya no importa más cuando toque fondo, mi cuerpo ya no siente, mi mente ya no piensa y mi alma…

Sí, sólo quería una vez más acariciar esa mirada de niña tan hermosa y fresca que ilumina tu rostro de una manera mágica, insólita, única…

Me siento marchita, mis pensamientos se oscurecieron, mi mirada se perdió en un horizonte inexistente, qué más da un mañana, si en mi hoy, solo una gota ha quedado reflejada en mi ventana, solo una.

—Sizem Asleck

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 #EntrePoemasUnCuento   #PoemaSentimietoPuro